Un día sin imágenes me hace escribir, volcar en el papel los pensamientos que flotan por la mente consciente, inconsciente hasta en sueños, aplicando todo en dosis individuales, via oral, haciendo la digestión con tiempo para que no haga daño al interior. Cuanto más se puede ver, más se sorprende uno de las cosas que ve, que se intuye con la mirada perdida en la pupila dilatada que se clava en el agua tempestuosa. A buen entendedor pocas palabras bastan para que nadie se entere de lo que digo. Ni siquiera yo mismo, que aporreo las teclas sin saber muy bien a dónde voy, de dónde vengo, en qué estoy pensando tras la encuesta que espero que contestes, uno, dos y tres. Ahora toca esperar a que se apacigue el tornado poblado por ideas arremolinadas en torno al núcleo de la chispa de la vida. Así que si llegas hasta aquí hazme una señal para que te pueda reconocer entre la multitud …