Días, días …

Días, días …

Hace tiempo que no escribo, pero hoy tengo la necesidad de hacerlo, escribir por escribir, encriptado y necesitado, por devoción, una y otra vez, sin más, expulsar palabras al azar, desde dentro para llenar este espacio virtual, que se leerá o no, pero qué más da, en bucle, una y otra vez, desterrando emociones aquí y allá, sintiendo temblar el destino, desatino constante a este lado del río Sar, sin corrección, con emoción disfrazada para no ahuyentar al lobo interior que todo lo ve, que todo descubre a ras de piel, piel rosada y estirada como el chicle gastado, manoseado, tirado a la papelera de cenizas, también llamada cenicero, donde después de arder y humear reposan sus restos esa materia semidesintegrada y gris que todo lo inunda.

Y todo ello en un día espléndido, radiante, lleno de luz y de color, por lo menos ahí fuera, a disfrutarlo 😉



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