Puesta y aparte, señalando hacia el sol que más calienta, no quema más que otras veces. Al borde del equinocio la gente vuelve a su cotidianidad. Ayer todo el mundo parecía que estaba con ese síndrome inventado por los periodístas, que suele salir a la luz las veces que no hay noticias con las que rellenar esos bodrios pseudoinformativos. Pues eso, que las calles recuperan su pulso, con seres humanos despistados después de unas vacaciones para “desconectar” de la rutina. Para desconectar primero hay que estar conectado, unido a la realidad, no sólo ganándose la vida, o ganando dinero, mejor dicho. Pasando los años de síndrome postvacacional a playas atestadas, individualidad consumista de la cotidianidad …
Otro mundo es posible, incluso despúes de Agosto …