Montaña mágica, de lo más grande a lo más pequeño, fluendo sin más, desde la cumbre, por encima de las nubes, casi tocando al cielo, hasta el fondo del océano, profundidades abisales. Pasando por etapas intermedias, laderas escarpadas que rozan, lijas que van puliendo poco a poco, quitando partes, siguiendo el camino al valle, aparente calma hasta llegar a la cascada en el mejor de los casos; otros no corren la misma suerte y se encuentran con un pantano, empantanados a la espera de una crecida, desbordando emoción y líquido, continuando el ciclo del agua, de las leyes naturales, tan sabias, tan mágicas …
Xaime Cortizo Fotografía, Diseño y Comunicación Web
