Las ocho y treinta y ocho …

Las ocho y treinta y ocho …

Cae la noche y todo se vuelve más tenue, el tempo cambia, los gatos se vuelven pardos. 
Las sombras dibujan en las pupilas lo que quieren ver, amparados por la nocturnidad y la alevosía que lleva aparejada.
Almas desorientadas, buscando calor mientras sopla el viento norte purificador, enfriando las pieles desnudas.
Cuero azotando la soledad que vaga por los locales llenos de alcohol de quemar.
Xaime Cortizo Fotografía, Diseño y Comunicación Web


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