Olvidé colgar la ropa, aunque hoy es siempre todavía …
Se me pasó tender la noche esa noche de temporal y ahora ya es tarde, luce la luna y así se secarán las prendas desprendidas. No podrán empaparse como a mí me gusta, con ese suavizante natural tan especial, que acaba de limpiar las manchas que traspasan la piel, aquellas que se secan las noches de lluvia plena, y justo ésta es la noche que dejó de llover.
Secas están las palabras, descansando después de cruzar el puente, abajo el avismo, al frente la libertad, y mientras la ropa se cuelga en Bagdad, cuéntame otra vez esa historia a ritmo de los Rolling, en el patio de la manzana mordida, sin pecado original, como original es el instante presente, seco y húmedo a la vez, esperando ser descolgado, planchado y puesto cada día, cada día domingo y no lunes, días de fiesta, hoxe é un día maravilloso, sen dúbida, todo depende del cristal con que se mire, así que brindemos con unas copas de cristal de Bohemia …
