El Arca de Piedra: 800 aniversario de la consagración de la catedral de Santiago de Compostela
humano a la Catedral de Santiago de Compostela para conmemorar el octavo
centenario de su consagración

semana de Pascua del año 1211 (21 de abril), el obispo de Compostela,
Pedro Muñiz, oficiaba el largo rito de dedicación de la Catedral de
Santiago.
transcrita en el Tumbo B de la Catedral con la testificación del notario
que tuvo ante sus ojos el documento original. Según el documento,
estuvo presente en la consagración el rey de León, Alfonso IX,
acompañado de su hijo, el infante Fernando, de su hermano Sancho y de
los principales magnates del reino. El acta está firmada, además de por
el obispo Pedro Muñiz, por los obispos de las diócesis de Ourense, Lugo,
Mondoñedo, Tui, Coria, Guarda, Évora, Lisboa y Lamego.
consagración que marcan un singular recorrido por las naves de la
basílica. El obispo fue ungiendo e incensando las cruces una por una.
Son cruces que ostentan en sus cuatro ángulos el sol, la luna, el alfa y
el omega. Llama la atención las inscripciones que las rodean, dísticos
latinos, unos de carácter conmemorativo y otros de significado
espiritual.
Pórtico de la Gloria, del Maestro Mateo, auténtica obra cumbre del románico, construido entre los años 1168 y 1188, vinculado con el prelado de Pedro Monís, el cual se encuentra enterrado debado de la imagen del denominado Santo dos Croques, en el parteluz del Pórtico de la Gloria. Se dice que el Santo dos Croques es el propio Maestro Mateo, maestro cantero director de la fantástica obra, que quiso ser así inmortalizado junto a él y según la tradición, la gente se pegaba cabezazos contra sus rizos de piedra para contagiarse de la sabiduría del sabio Maestro.
Recreación de Compostela en la época medieval, con la catedral aún con su apariencia románica, que posteriormente sería recubierta de barroco, especialmente la fachada del Obradoiro, de Casas y Novoa. También se pueden apreciar las murallas que rodeaban a la ciudad, con sus siete puertas por las que entraban las mercancías y servían de protección contra los asedios. Las murallas fueron derribadas hace más de un siglo y hoy en día se conservan vestigios así como una única puerta en pie. A porta de Mazarelos, por la que entraba el vino del Ribeiro procedente de la Vía de la Plata.