Lunes sin una hora del fin de semana, que sabe a poco por la mañana, recién levantado el día se grande, se va pasando la mañana y aún quedan muchas cosas por vivir, en la tarde el acelerador se pisa, se va rodando, como un tonel, hacia el río de los deseos, río naciente, complaciente con las mentiras inocentes, salpicando la oscuridad de mediocridad, acabando lo empezado, apretando los dientes en la recta final, apurando el tren de los momentos presentes que vuelve a comenzar, mientras el revisor pide un nuevo billete que validar, validez, veracidad, entusiasmo, creación desbordada a punto de explotar, en medio del sueño reparador, preludio de un movimiento frenético de los ojos que darán paso al despertador automático con una hora en el bolsillo …
Xaime Cortizo Fotografía, Diseño y Comunicación Web


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