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Escribiendo canciones de ilusión bajo la sombra del ciprés alargada, recuperando las músicas que se cambian solas, sin haber hecho absolutamente nada, sonidos con vida propia, letras que nadie leerá hasta el final, por la impaciencia, por la inmediatez del momento, el aquí y el ahora reunidos una vez más por la cuestión moral del que dirán, escritura automática para hacer brotar lo que tenga que brotar de las profundidades abisales que ni tan siquiera se pueden esconder de lo ocultas que están por el eco de tu voz callada, atenuada por el horizonte rojo después de amanecer, amarillo como el sol, naranja como las naranjas en su punto justo, rojo como caperucita a punto de ser devorada por su abuelita, vestidita con su camisita y su canesú.
Tonterías soltadas al aire, salpicando el consciente, moviéndose al ritmo, ritmo que cambia sin más, sorpresa febreril, en este día especial que no se repetirá hasta dentro de otro bisiesto, día a mayores para disfrutar de la vida en todo su esplendor …
Xaime Cortizo Fotografía, Diseño y Comunicación Web