Lunes sin red
De tanto abusar de los puntos suspensivos se gastaron, por lo menos por hoy. El misterio se diluyó ya desde hace más de una semana, paso a paso, persiguiendo a la sombra que siempre va delante cuando el sol está detrás. Me da fuerzas porque somos más dos que nunca, el Yin y el Yang. Tal vez demasiado etéreo para lo que resulta común.
La atmósfera de los personajes comienza a cobrar vida propia, autónoma totalmente. El autor asiste atónito al milagro de la creación, de las piezas que van encajando sin razón aparente. La confabulación aquella de la que hablábamos el otro día.
Tal vez nadie sea capaz de llegar hasta aquí, entonces quedará encriptado más de lo habitual, escribiendo automáticamente otra noche más, antes de ir a dormir. Después de lavarme los dientes, de sacar todos los líquidos necesarios para dormir a pierna suelta, descansando con mayúsculas para empezar la semana con algo más de lucidez, de frescura matinal de un lunes de mayo, segunda feira después de un domingo cualquiera, de ascenso al olimpo deportivo, con baño en una fuente de plata incluído.
Podría escribir más, podría contar cosas más interesantes, pero como no es el caso, como hoy me da igual lo que pienses, pues diré que está bien, que aunque no todo vale, casi nada es tan dramático como para tomárselo en serio, así que brindemos porque de aquí en adelante podamos acariciar la vida como se merece, incluso un lunes sin puntos suspensivos.
Xaime Cortizo Fotografía, Diseño y Comunicación Web